Después de festejar el cumple de D. Clark anoche, me desperté temprano para juntarme con Libby y sus amigas y ver mi primer partido de polo. Creo que se llama partido. No estoy segura. Realmente, no sé nada de polo. Después de ir al partido, sigo sin saber. Libby es una profesional en el mundo de polo y por eso, siguí sus movimientos todo el día.
Anduve en bici así que llegué transpirada. Hacía mucho calor. Compramos las entradas, todas vestidas impecables (Excepto que yo. A veces me falta elegancia. Y como ya te dije, estaba sudando), y entramos. El polo es un deporte muy importante en Argentina. Supuestamente los Argentinos son los mejores jugadores de polo en el mundo. ¿¡Quien sabía?! Fuimos directamente al bar para tomar champán con los ricos. Para mi, el polo siempre fue un deporte para ricos. Ahora todavía estoy de acuerdo. Fiajate.
Tomamos dos botellas de champán para sentirnos más una parte del espectáculo. Aunque las mesas en el resto-bar eran los mejores lugares para estar, decidimos dejarlas para ver el partido. Porque de hecho no gastamos mucha plata por las entradas solamente para tomar champán caro. Lo podríamos haber hecho en una de nuestras casas por mucho menos.
Bueno. Quiero decirte una cosa. A pesar de que disfruté el día en el sol con buena gente, el polo me aburre. Perdón, pero es así. Creo que tenía razón en pensar que los partidos de polo son una chance para los ricos de mostrar uno al otro cuanta plata tienen. Pero fue un buen lugar para mirar a la gente. Me encanta eso. No hay nada mejor.
¿Y los caballos? Divinos. Muy bonitos y musculosos. Pero que fiaca que deben tener. No me gustaría que alguien me montara por horas sin parar. Los jugadores cambian caballos casi cada 5 minutos. Cada jugador tiene alrededor de 12 caballos. Yo no tengo ni uno.
Después del ultimo partido, me duché y fui a encontrarme con Nerek en una parilla en su barrio. En 8 meses de vivir en Buenos Aires, la ciudad del Tango, he fallado en aprovechar la cultura del Tango. ¡Que vergüenza! Había que resolverlo. Fuimos a un lugar tranquilo en Abasto, yo sin saber el nombre. Pagamos la entrada de AR$20 y entramos en uno de los lugares con más onda que he visto en mi vida. Era una sala muy grande, hecha de madera, poco iluminada con techos muy altos y arte en las paredes. Alrededor de la sala había sillas y sofás antiguos y desiguales de todos tamanos, estilos y colores. Era un lugar bohemio, mucho más diferente de lo que tenía en mi cabeza antes. Había una banda bastante joven tocando música mientras un grupo de parejas bailaban un tango muy elegante. Estaba fascinada. No era un lugar fancy. Muchas personas estaban bailando en zapatos de la calle en vez de tacones de baile. Todo era muy bonito.
Cuando estábamos sentadas, le pregunté a Nelle que alguna vez había ido a La Catedral (una milonga muy famosa en Buenos Aires). Me miró con incredulidad y yo no entendía porqué. Me preguntó si yo la estaba jodiendo. En ese momento me sentí estupida. Me respondió que ese lugar era La Catedral. Claro. ¡Que boluda!
After a late night of celebrating D. Clark's birthday last night (of which I took zero photos), I woke up early to join Libby and friends at the Polo match. I don't know anything about Polo, and after today still don't. Libby is a regular in pololand, so I followed her moves all day.
I rode my bike so I arrived sweaty. It was hot. We bought our tickets, everyone dressed to the nines (except me because sometimes I'm a disaster and I was sweating), and went in. Polo is a big sport in Argentine. Supposedly, the Argentines are the best polo players in the world. Who knew? We headed for the bar to enjoy some champagne with the rich and famous. For me, polo always seemed like a sport for the rich. I still believe it.
We drank two bottles of champagne so we felt fancy. And even though we had the best table in the house, we left it to go watch the game. We didn't spend money on tickets to drink expensive champagne. We could have done that in our own houses for much less.
Even though I enjoyed the day in the sweltering sun with good peeps, polo bores me. It is what it is. I think I might have been right to think that polo games are a chance for Keeping Up with the Jonses', where the rich can flaunt their stuff to each other. But the people watching was amazing. For that I'm always thankful.
And the horses are amazing. So beautiful and well-groomed. But how tired they must be! I know I wouldn't appreciate if someone rode me around for hours on end without end. The players change horses like every 5 minutes. Each player has about 12 horses. BS. I don't even have one.
After a quick shower, I headed to meet Nells and D and their couchsurfer for some tango. I've really failed at the whole taking advantage of the tango culture in Buenos Aires. Can't win 'em all I suppose. Their couch surfer said the place we were going was a must-see, and that we would love it. So we made our way there, paid the AR$20 entrance fee, and entered into one of the coolest spaces I've ever seen. Dimly lit. Old unmatched couches and chairs lining the wood floors and walls. A huge bar in the back, high ceilings, and a great young tango band. We took a seat and watched in awe as casually dressed and shoed dancers took the floor. Have you ever seen anyone play the Bandoneón? It's an accordian-like instrument, and it's fascinating.
As we watched in awe as the tangoers swept the floor, and not really having any idea where we were, I turned to Nells and asked, "have you ever been to La Catedral?" (which is supposedly a really good spot to watch Milonga) She seemed confused, and I really didn't understand why, then asked if that was a trick question. Then I got confused. Then she said, "this is La Catedral".
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a little bubbly to start the day |
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the ladies all dressed up for the big day |
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when i look at this picture i only think of when the horses ran off the carousel in mary poppins |
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the final game |
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get em |
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winners |
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libbs and i running down the field |
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me and libs |
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la catedral |
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this place is magical |
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tango is sexy |
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feets |